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Coprocesamiento No Es Igual A Incineración

Coprocesamiento no es igual a incineración

La incineración y el coprocesamiento tienen una cosa en común: el uso de calor para tratar residuos. Hasta ahí, nada más. En realidad son procesos diferentes y tienen razones de ser muy distintas.

La incineración es un método cuyo objetivo final es la destrucción de residuos. Ocurre a una temperatura máxima de 1,480° C. Su tiempo de exposición al calor es de dos segundos. Este proceso deja cenizas y otros restos que después deben ser almacenados en lugares de confinamiento especiales.

El coprocesamiento, por su parte, tiene una finalidad distinta. Su objetivo es producir un combustible alterno para hornos de cemento. Los residuos son sometidos a temperaturas mucho más altas, hasta 2,200° C, durante 6 segundos. Con ese tiempo de exposición y nivel de calor, este método no deja cenizas ni restos secundarios. Asimismo, algunos de los minerales de los residuos se llegan a incorporar al producto final: el cemento.

No cualquier empresa puede o debe utilizar el coprocesamiento como una alternativa energética. Se debe hacer de manera controlada, de acuerdo con las leyes y normas que regulan esa práctica. Como en otros trabajos productivos, la calidad de los procesos es fundamental para garantizar una operación segura.

Es aquí donde destaca Geocycle, un líder mundial en la gestión de residuos para el coprocesamiento. La compañía cuenta con certificados de calidad internacionales y opera en estricta adherencia a las leyes ambientales y sanitarias. La empresa recolecta, almacena y prepara residuos para los hornos de cemento de Holcim México.

¿Qué dice la ley al respecto?

En el Artículo 5 de la ley vigente*, se hace una distinción entre el coprocesamiento y la incineración. Cada método tiene su propia definición:

  • Co-procesamiento: Integración ambientalmente segura de los residuos generados por una industria o fuente conocida, como insumo a otro proceso productivo.
  • Incineración: Cualquier proceso para reducir el volumen y descomponer o cambiar la composición física, química o biológica de un residuo sólido, líquido o gaseoso.

Entonces, resulta importante hacer la aclaración. La incineración quema residuos principalmente para deshacerse de ellos. Requiere de una inversión sustancial y de estrictos controles ambientales para guardar los restos que produce. Es una alternativa para el manejo de residuos pero no está entre las más deseables.

El coprocesamiento, por su parte, usa los residuos como combustible alterno para alimentar otro proceso productivo. No requiere de una inversión adicional porque ya existen los hornos de cemento. Por la alta temperatura a que se someten los residuos, no deja cenizas o huella alguna.

Es por ello que el coprocesamiento es más deseable como opción de manejo de residuos. Se ubica sólo por debajo de la reducción y reutilización como opción para el manejo de residuos. De hecho, este método es considerado una forma de reciclaje mineral y recuperación energética. Entonces, el coprocesamiento no es igual a la incineración.

Organismos ambientales reconocen el coprocesamiento

El coprocesamiento es una tecnología recomendada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). A través del Convenio de Basilea, se reconoció el método como una alternativa adecuada y recomendada para el manejo de residuos. Este acuerdo fue firmado por 170 países en 2011 y sigue vigente.

Además, varios organismos ambientales en el mundo reconocen el coprocesamiento como un método útil y racional. Esto incluye el SINTEF (Noruega), GIZ (Alemania), ADEME (Francia) y CPCB (India). En México, es avalado por la SEMARNAT .

El uso de residuos como combustible alternativo está sujeto a una autorización oficial por la autoridad. Esto significa que una planta de cemento que desee utilizar combustibles alternativos y materias primas debe solicitar un permiso. Holcim México y Geocycle cuentan con todas las licencias necesarias en estricto apego a la ley.

En algunas regiones el coprocesamiento está apenas está comenzando, pero en Holanda alcanza el 80% de sustitución térmica. México está en el 12%, lo cual presenta una importante área de oportunidad.

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