
¿Reciclaje o coprocesamiento?
El reciclaje y el coprocesamiento son actividades complementarias que contribuyen a la valorización de los residuos como parte de la economía circular. Ambas técnicas dan una segunda vida a materiales usados como plásticos, cartones, metales y llantas, entre otros residuos. ¿Cuál es mejor? ¿Cuál es la diferencia? Veamos.
El reciclaje se define como la transformación de los residuos a través de procesos que permiten restituir su valor económico. La restitución favorece el ahorro de energía y materias primas, sin perjuicio para la salud o el ambiente. Pueden ser reciclados una gran variedad de materiales, en algunos casos hasta el 100%.
Actualmente, los residuos más comunes para el reciclaje son el metales, vidrios y papel. Existe mucho que hacer con los plásticos, ya que a nivel global sólo se recicla el entre el 9% y 30% de esos materiales.
En el mejor de los casos, el proceso de reciclaje comienza con la separación de basura ya sea en la casa o una industria. Lo primero es separar residuos orgánicos de los inorgánicos, que se dividen en varias categorías. En los últimos años, la legislación se ha puesto más estricta. A veces, el recolector no recogerá basura que no haya sido previamente separada.
La razón de fondo es que se dificulta reciclar cuando los residuos están contaminados o impregnados con otros materiales. Es importante separar, pero también lo es limpiar el residuo en la medida posible. Por ejemplo, enjuagar un envase de mayonesa o leche para quitar remanentes del producto antes de éste se solidifique y pegue al recipiente.
Desde la casa o industria, los materiales separados se van a plantas de transferencia, donde se almacenan y compactan los residuos. Después se mandan a las plantas clasificadoras para hacer una separación más exhaustiva de los materiales. Una vez clasificados, se envían a diversas fábricas para integrarse como materias primas recicladas en sus procesos productivos.
¿Dónde entra el coprocesamiento?
El coprocesamiento se define en México como la integración ambientalmente segura de residuos generados por una industria o fuente conocida, como insumo a otro proceso productivo. En este caso, se utilizan residuos como energía alterna para hornos de cemento.
Es una alternativa económicamente viable con doble beneficio: recupera energía de los residuos y recicla los minerales que contienen. Además, contribuye a la reducción de CO2 y a comunidades más sanas al reducir la acumulación de residuos en rellenos sanitarios.
El coprocesamiento atiende el reto de gestión de residuos para empresas y municipios con la integración de esos materiales a la economía circular. A nivel público, ayuda a los municipios a encontrar mejores soluciones para el manejo de residuos sólidos urbanos y llantas usadas. Por otra parte, el coprocesamiento es una solución confiable y efectiva para muchas empresas en diversas industrias.
El reciclaje y el coprocesamiento se complementan porque son buenas opciones para aprovechar materiales usados dentro de una economía circular. Ambas son técnicas de valorización de residuos que mejoran el desempeño ambiental, la salud de comunidades y los resultados económicos.
El reciclaje es más conocido y cercano a las personas porque comienza en casa. Sin embargo, el coprocesamiento es una solución que cada día se vuelve más popular para empresas y municipios.
Por ejemplo, hay residuos contaminados o impregnados con otros materiales que hacen muy difícil su reciclado. En la fase de separación. Pensemos en un blíster de aluminio con la cubierta de plástico que cubre el medicamento, o un cartón impregnado con aceite. ¿Cómo separamos los residuos? Si dijiste: ¡Imposible! Podrías tener razón. Para eso, y muchas otras aplicaciones, existe el coprocesamiento de residuos.